domingo, enero 28, 2007

Prevén choque tribus-AMLO en PRD

En la agenda del Consejo Nacional, del 11 al 12 de febrero, fue incluido un reporte de las fallas en la estructura electoral del tabasqueño

Daniel Pensamiento

Ciudad de México(28 enero 2007).-El choque entre las tribus del PRD y el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador será inevitable en el próximo Consejo Nacional, que colocó en la agenda de temas la revisión del informe de finanzas y las fallas de la estructura electoral a cargo de sus colaboradores.

Fernando Belauzarán, secretario de Formación Política de la dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), afirmó que Octavio Romero, Francisco Yee y Alberto Pérez Mendoza están obligados a rendir cuentas ante el Consejo Político, a celebrarse del 11 al 12 de febrero.

"El grave error fue haber desplazado al partido, para decirlo sin eufemismo, hubo un fraude interno, el fraude interno fue que nos dijeron que tenían el 100 por ciento de las casillas cubiertas y no fue así.

"Se les dieron miles y miles de nombres de todo el País que no fueron utilizados, finalmente muchos nombres fueron de papel, ese fraude interno posibilitó el fraude externo, si hubiéramos cubierto las casillas hoy estaríamos en el Gobierno", argumentó.

Sin duda los responsables, dijo Belauzarán, tendrán que explicar ante el Consejo Nacional que pasó.

"Hay responsables, el responsable de las brigadas que nadie vio, el responsable de los promotores que nadie conoció, el responsable de la estructura que no existió, el responsable de que nos dijo que todo estaba al 100 por ciento, son Francisco Yee y Alberto Pérez Mendoza", afirmó.

El velo de la mentira quedó al descubierto, recordó, 72 horas después del 2 de julio, cuando hacían falta las actas de las casillas.

"No se trata de una cacería de brujas ni de quemar en leña verde a nadie, pero es una realidad, fueron una estructura al margen del partido, que no respondió. La cosa es grave", sostuvo.

Belauzarán añadió que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD también tiene parte de culpa al haber permitido que se creara una estructura electoral paralela en la que no tenía acceso ni capacidad de decisión el partido.

"Necesitamos saber que pasó para no volver a cometer los mismos errores. No se trata de un juicio sumario de nadie", sostuvo.

Al interior del llamado "Gobierno legítimo" se ha fortalecido el proyecto de crear una nueva agrupación política de izquierda para aglutinar a los seguidores de López Obrador.

Durante las giras al interior del País, el equipo del ex candidato presidencial ha empezado a elaborar la afiliación de seguidores, a quienes solicitó copias de su identificación electoral para otorga así una credencial blanca foliada y con el sello el Águila del "Gobierno legítimo".

Saúl Escobar, secretario de Relaciones Internacionales del CEN perredista, admitió que hubo errores en el manejo de la campaña.

"No creo que haya habido mala intención de nadie, en todo caso errores porque se construyó una estructura electoral paralela a la del partido que no resulto eficiente. Si hubiera que hacer las cosas otras vez como una lección para el futuro, se podía combinar, evaluando que sirve y que no.

"No veo una separación del PRD de Andrés Manuel, lo que veo es que hay que definir una línea política para el mediano plazo, de aquí al 2009, para que todas las acciones del partido, de Andrés Manuel, de la Convención, se coordinen y tengan una convergencia y rumbo igual", sostuvo.

Por eso, dijo, es necesario consensuar en el Consejo Nacional la fecha de celebración del Congreso del partido.

Trinidad Morales, secretario de Acción Electoral de la dirigencia del PRD, recordó que el ex candidato presidencial pidió al partido crear las áreas de promoción del voto y estructura electoral que encargó a sus colaboradores.

"Bueno, es hora de hacer una autocrítica sana, no se trata de buscar culpables, sino de reconocer en qué nos equivocamos para corregir ya que tenemos en puerta 14 procesos electorales en los que se disputarán gubernaturas, alcaldías y congresos locales", afirmó.

Al interior del PRD, Javier González Garza, coordinador de los diputados del PRD, y el senador Pablo Gómez han empezado a construir una nueva corriente denominada Movimiento por la Democracia.

"Se llama Movimiento por la Democracia y no tiene como enemigos a Andrés Manuel ni Cuauhtémoc Cárdenas.

"Pensamos que el PRD requiere de transformaciones, pensamos que nosotros tenemos posiciones que pueden ayudar sobre la izquierda en México. Es necesario recuperar la ética y la cercanía con los movimientos sociales de izquierda en México", afirmó González Garza.


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Fecha de publicación: 28-Ene-2007

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sábado, enero 13, 2007

La izquierda

Jaime Sánchez Susarrey

Retobona y murmuradora. Así calificó Octavio Paz a la izquierda mexicana en 1976. Eran otros tiempos. El "socialismo real" estaba de pie y la veneración por Cuba y Fidel Castro era total. Cualquier crítica contra el Comandante, la URSS o China era descalificada como una patraña imperialista. Con igual vehemencia se condenaba a la democracia burguesa: igualdad formal, no real, al servicio de la clase dominante. Octavio Paz era el blanco de todas las agresiones e insultos. La quema de su imagen frente a la embajada de Estados Unidos en 1984 resume bien aquellos años de intolerancia y fanatismo.

Treinta años después las cosas han cambiado. Pero han cambiado, como en la formula de Lampedusa, para que todo siga igual. El socialismo real se colapsó con la caída del Muro de Berlín. Fidel Castro está al borde de la muerte y nadie, o casi nadie, define a Cuba como el paraíso de la igualdad y la hermandad. Y sin embargo, ahí están Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega en Nicaragua. En ese mismo lapso la izquierda mexicana apostó por la democracia y se organizó como el Partido de la Revolución Democrática. Y sin embargo, la convicción y las prácticas democráticas siguen brillando por su ausencia.

El PRD nació de dos tradiciones autoritarias: la socialista (marxista, en sus distintas variables: leninista, trotskista, maoísta, etcétera) y la nacionalista revolucionaria del PRI. Ambas tenían fe ciega en la intervención del Estado, condenaban o desconfiaban de la economía de mercado y no creían que el sufragio universal y el respeto del Estado de derecho fueran la respuesta para los problemas de México. El temple revolucionario y la fe en el pueblo organizado eran su santo y seña. No sólo eso. La fusión y la organización se dio en torno de un solo hombre: Cuauhtémoc Cárdenas. Sin su liderazgo esa historia jamás se hubiera escrito. La izquierda seguiría hoy dividida y fragmentada en muchas corrientes.

Infancia, decía Freud, es destino. Y lo que es cierto para los individuos, también puede aplicarse a los partidos -o cuando menos al PRD-. El perredismo nació en 1989 a la sombra de un hombre fuerte. Su liderazgo moral le dio cohesión y dirección. Diez y siete años después, las cosas lejos de haber cambiado han empeorado. Cárdenas ya no es la figura central. Su lugar, ahora, lo ocupa el Peje. Nada se mueve al margen de este Mesías de Macuspana. Peor aún, nadie se atreve a formularle la más mínima crítica. Los perredistas de todos olores y colores están postrados y aterrados frente al nuevo timonel. Con un agravante adicional: AMLO no tiene la mesura, la prudencia ni la estatura de Cuauhtémoc Cárdenas.

No hay, entonces, por qué sorprenderse. El PRD juega un doble juego. Se mantiene en la legalidad, pero descalifica a las instituciones. Emprende marchas y movilizaciones al margen de la ley, pero las financia con los recursos que le proporciona el Estado. Opera en sentido estricto con una "lógica revolucionaria". El fin justifica los medios. Todo se agudizó después del 2 de julio. La denuncia del fraude, la violación de la ley y la amenaza de impedir la toma de posesión del Presidente electo fueron la regla. Detrás hay un mar de fondo: las caídas y las recaídas de los perredistas no son casuales. Su temple y su convicción siguen siendo "revolucionarios". Por eso cayeron de hinojos ante el EZLN en 1994 y por eso, también, jugaron a la insurrección banquetera en el Paseo de la Reforma.

En suma, los perredistas no son confiables. Su compromiso con la legalidad y la democracia es muy frágil. No apuestan a las instituciones. Carecen de palabra y de memoria. Actúan irresponsablemente y se mueven según sopla el viento. A final de cuentas, la palabra del caudillo es la única que cuenta. Todo el pasado se puede borrar de un plumazo. Basta decretar que hubo fraude o que se violó la ley. No importan las pruebas. Sólo valen las consignas. Se borra lo elemental. No hay nave ni piso común. Ahí están los hechos: La reforma de 1996 fue modelada por el PRD. Ernesto Zedillo cedió ante todas y cada una de sus peticiones. Su intención era integrarlos en forma definitiva al pacto democrático. Poco duró el gusto. Bastó y sobró con una derrota y un personaje de pacotilla (ahora, presidente "legítimo" de cacahuate) para que todo se viniera abajo.

El drama de la izquierda mexicana es muy simple: no es moderna ni se ve cómo podría modernizarse. En términos económicos carece de proyecto. Peor aún. El programa de su ex candidato a la Presidencia de la República no tenía consistencia ni viabilidad. Era un regreso a las políticas populistas de los años setenta: precios de garantía y desayunos escolares, amén de otras extravagancias como el Tren Bala del DF a Tijuana o la conversión de las Islas Marías en un parque ecológico. Lo más grave, sin embargo, está en los procedimientos internos. Que López sea un hombre limitado, inculto y rupestre es comprensible. A final de cuentas, nació y se crió en el Jurassic Park del PRI. Lo que resulta espeluznante es que este personaje haya impuesto ese galimatías como el programa del PRD sin que nadie, con la excepción de Cuauhtémoc Cárdenas, chistara.

Triste realidad, pero no hay otra. En el interior del PRD el diálogo y el debate son inexistentes. Hay corrientes (tribus) que pugnan por puestos y presupuesto. Nada más. El contenido del programa y la oferta a la población los tienen sin cuidado. Una política concentrada en la denuncia no demanda más. Como tampoco demanda más un partido sometido a un caudillo cuyo programa es el mismo caudillo. A eso se reducen las "prácticas democráticas" en el perredismo. Se trata de un pragmatismo de la peor ralea y de un oportunismo ramplón. Los entornos de López Obrador lo confirman ampliamente. Son los priistas (Camacho, Monreal, Díaz, Muñoz Ledo) marginados y derrotados en los últimos años. Todos respiran por la herida y tienen sed de venganza, no importa el costo ni las consecuencias.

Cómo esperar, entonces, el ejercicio de la autocrítica o el examen de conciencia en semejante organización. No, no hay forma. Lo que se puede esperar es lo que hay: complacencia, servilismo y ambivalencia. Los mantras del perredismo suenan y resuenan a todas horas: AMLO no perdió ni cometió errores, le robaron la elección. AMLO siempre tiene la razón. Hay que mantenerse en la nómina y estirar la liga para obtener todo lo posible. No hay que tocarse el corazón para romper el diálogo o cualquier entendimiento. En política no hay compromisos ni lealtades. Vamos por todo. El fin justifica los medios. AMMLO, AMMLO, AMMLO, AMMLO...

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Fecha de publicación: 13-Ene-2007

jueves, enero 11, 2007

El Pejeazteca

Ciro Gomez Leyva

Bien haría Andrés Manuel López Obrador en explicar cuánto le pagará a TV Azteca para que transmita el nuevo programa que dentro de unas horas pondrá al aire en el Canal 13. En la campaña presidencial, TV Azteca le cobró 42 veces por debajo de la tarifa que reportó ante el IFE. ¿Le dará ahora un segundo regalo?

Sería interesante que dijera también quién y con qué argumentos le negó la posibilidad de difundir este programa en Televisa, como se quejó el fin de semana desde su gira por la península de Yucatán. Debe haber un responsable. ¿Alejandro Quintero, Bernardo Gómez, quién? A menos que el tabasqueño persista en la estrategia de mentir sin pudor confiado en que los suyos jamás le pedirán aclarar las cosas.

Pero, sobre todo, López Obrador tendría que justificar por qué después de su penosa experiencia de 2006 en TV Azteca con La otra campaña, programa irrelevante, con un rating de pena, regresa a la pantalla del Ajusco en un horario (la una de la mañana de los martes) donde superar el punto de rating será una proeza.

Suena a un gran absurdo: para romper el “cerco informativo”, su disminuido movimiento político gastará dinero, así sea poco, para producir 30 minutos que nadie va a ver.

Pero no, tiene que haber un objetivo. Aventuro una conjetura: López Obrador quiere deslindar a Ricardo Salinas Pliego y al senador priista Jorge Mendoza, jerarcas de TV Azteca, del pleito entre el pueblo bueno y el monopolio perverso de la televisión mexicana. Como pistolero en un chilaquili western, quiere batirse en duelo contra Televisa.

Está en su derecho, desde luego, de elegir aliados. Y, claro, de convertirse en el Pejeazteca.

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‘El Peje’ contraataca

‘El Peje’ contraataca

Alvaro Cueva

Repugnante, así es La verdad sea dicha, el nuevo programa de televisión de Andrés Manuel López Obrador en TV Azteca.

¿Por qué? Porque es un infomercial que no cumple con los requisitos básicos de los infomerciales, porque carece de estructura en su manejo de contenidos y porque deja muy mal parado al señor López Obrador.

Además, porque está hecho sin la más mínima creatividad audiovisual, porque está lleno de errores y porque es un proyecto absolutamente negativo para la televisión mexicana, entre muchas otras razones más que no cabrían en esta página. Ojo, lo que le estoy escribiendo no tienen nada qué ver con que si estoy de acuerdo o no con las ideas de ‘El Peje’. Son razones de televisión.

Y qué lástima, porque hubiera sido positivo que un ex candidato a la Presidencia de la República hubiera tenido un programa en la televisión abierta nacional para discutir asuntos de interés general.

Por si usted no vio La verdad sea dicha, déjeme se lo describo. ¿Qué es? Un escandaloso infomercial de media hora programado los martes a la 01:00 en Azteca 13.

La emisión de estreno la condujo Dolores Heredia (Los plateados) y consistió en un largo monólogo de don Andrés Manuel seguido de una sección de crítica política articulada a manera de noticiario, manejada por la comediante Jesusa Rodríguez (El juicio a Salinas), más una parte en donde la señora Heredia le pide al público que deposite dinero en una cuenta bancaria y la aclaración de que ese espacio costó 219 mil pesos más IVA.

¿Por qué esto es escandaloso? Porque jamás se había visto que un enemigo del sistema tuviera esta clase de acceso a los medios de comunicación, porque es un espacio comprado básicamente para atacar al Presidente, porque es una nota que se presta a mil y una suspicacias, porque alimenta la guerra política e intensifica la guerra entre TV Azteca y Televisa.

¿A qué me refiero cuando digo que no cumple con los requisitos básicos de los infomerciales?

A que los infomerciales tienen una estructura de repetición y ventas que no tiene ni este programa ni muchos espacios pagados por templos y farmacias que valdría la pena que evaluara la Secretaría de Gobernación.

¿Por qué La verdad sea dicha carece de estructura? Porque no hay orden, equilibrio ni ritmo entre sus partes.

¿Por qué AMLO queda mal parado con esta emisión? Porque como que nomás le soltaron la cámara para que fuera improvisando sobre la marcha un discurso basado en hablar mal de cualquier persona o empresa que no piense igual que él.

Deje usted lo que se puede decir de un hombre así, ‘El Peje’ atacó hasta a la televisora que le vendió el espacio y de ahí se la pasó brincando del Fobaproa al precio de la tortilla, de las tarjetas de crédito al “yo gané la elección” y de llamar “soldadito de chocolate” al Presidente a un “no se preocupen”. Eso es demencial. Punto.

Lo de la creatividad audiovisual es terrible. No hay elementos de postproducción, efectos, movimiento de cámaras. ¡Nada! Si un chavito presenta un trabajo así en una escuela de Comunicación, lo reprueban.

¿Qué le trato de decir cuando le digo que este proyecto está lleno de errores?

A contradicciones, como que Dolores Heredia diga que acabamos de ver a AMLO sin cortes cuando su monólogo brilló por lo excesivamente cortado que estaba, o a que ‘El Peje’ ataque a Televisa para luego montarse en imágenes de Televisa para construir un discurso contra el secretario de Hacienda.

¿Pero sabe qué es lo peor de La verdad sea dicha? El daño que le puede hacer a la televisión mexicana.

Independientemente de lo discutible que puede ser el hecho de que alguien compre tiempo de televisión para atacar a quien se le dé la gana, TV Azteca no sabe el alacrán que se echó al pecho.

Más se tardó Azteca 13 en abrir ese espacio, que los amigos de AMLO en usarlo para convocar a un boicot contra los productos de Jumex, Sabritas, Bimbo, Coca-Cola y Pepsi, que son anunciantes directos de TV Azteca y de toda la televisión nacional.

¿Puede haber algo más delicado que esto? ¿Se imagina lo que pasaría si esas marcas tomaran represalias contra TV Azteca? ¿Sabe usted el daño a nivel imagen, proyectos, empleos e industria que esto pudiera desencadenar? Es repugnante. ¿A poco no?


www.alvarocueva.com

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domingo, enero 07, 2007

Trascendió

Trascendió

Que los trabajos para cerrar el contrato entre TV Azteca y Andrés Manuel López Obrador, a fin de que el ex candidato presidencial volviera a tener un programa en esa televisora, se hicieron en el Senado de la República.

Más de una persona se sorprendió al encontrar los contratos en las impresoras del Senado, en donde se desempeña como legislador el vicepresidente de TV Azteca, Jorge Mendoza.

Un buen caso para el programa Entre lo público y lo privado.

Comentario: ¿De dónde saldrá el dinero para pagar el programa...? Sería conveniente se auditaran los ingresos de Honestidad Valiente A.C. pues se está lavando ahí el dinero mal habido con la construcción de los segundos pisos.

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